Acabo de releer la reseña que publiqué sobre el otro libro que leí de Mikel Santiago, La isla de las últimas voces, y mucho de lo que dije entonces se puede aplicar a este libro: ambientada en el norte (en Irlanda en esta ocasión), un toque de fantasía, un thriller psicológico, una buena historia bien contada.
Esta vez el argumento es el siguiente:
Peter Harper, un músico y compositor en crisis, se recluye en una idílica playa al norte de Irlanda para terminar su última obra. Sus únicos vecinos en varias millas a la redonda son Leo y Marie Kogan, un matrimonio estadounidense que vive en la siguiente casa de la playa. Tras un grave accidente durante una tormenta, Peter comienza a sufrir unas espeluznantes visiones sobre sus vecinos, pese a que la pareja parece estar felizmente unida…
Y poco más decir que no dijera en la otra reseña. El libro se lee bien, esta vez la acción no es tan trepidante como en La isla de las últimas voces, tira un poco más hacia el thriller psicológico. Recomendado si quieres una lectura sin complicaciones, llena de acción y misterio (rozando la fantasía), salpicada con algunas interesantes sorpresas.