Cuando leo a un escritor como Ken Follet no espero nada más que encontrar una buena historia que me haga pasar un rato entretenido, o por lo menos esas son mis expectativas. No lo leo buscando novelas de alto calado que pretendan explorar nuevos caminos y mostrarnos como las decisiones personales no siempre salen como esperas, o por lo menos eso es lo que quería hacer él con este libro según reza en la introducción.

Lo bueno de no tener muchas expectativas es que el libro no me decepcionó. Una trama a tres sobre la búsqueda de un Modigliani perdido, una crítica sobre el mercantilismo en el mundo del arte y sobre las clases sociales británicas, una prosa sencilla y amena que te facilita que llegues hasta el fin.

SI hubiera buscado las grandes metas de las que habla Follet en la introducción, pues posiblemente lo hubiera dejado en el segundo capítulo, ya que de eso poco hay (aparte de que los planes de algunos de los personajes no salen como lo planean).

Lo dicho, el libro está bien a secas. Se deja leer sin más. No creo que sea una de las obras que el autor esté más orgulloso. Si cae en tus manos y no tienes nada más que leer, dale una oportunidad, seguro que te lo acabas en un suspiro y también seguro que no se la vas a recomendar a tu primo.

Recomendada para los seguidores de Ken Follet que busquen sus primeras obras. También para los amantes del arte que quieran pasar un rato sin más pretensiones.

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