Muriel Barbery se hizo mundialmente famosa en 2006 con La elegancia del erizo. Nueve años después publicó su esperada tercera novela La vida de los elfos de la hablaremos en esta reseña. Antes ya había publicado en 2000 Rapsodia gourmet de la que ya hemos hablado. Es curioso pero La vida de los elfos no tiene nada que ver con las anteriores. Por un lado desaparece el humor tan típico en sus dos primeras obras y por otro abraza la fantasía y la naturaleza.

En la contraportada del libro podemos leer un poco sobre su argumento:

¿Qué tienen en común la pequeña María, que vive en un pueblo recóndito de la Borgoña, y Clara, otra niña que, en la misma época, después de haber crecido en los Abruzos, es enviada a Roma para desarrollar su don prodigioso por la música? Muy poco, en apariencia. Sin embargo, entre ellas existe un lazo secreto: cada una, por medios muy diferentes, está en contacto con el mundo de los elfos, un mundo de arte, invención y misterio, y también de fusión con la naturaleza, que proporciona a la vida de los hombres su profundidad y belleza.

Para empezar hablaré un poco sobre el estilo de la novela, pero mejor aún citaré las palabras de la autora recogidas en una reseña de El País: “Escribo de forma más madura. Quería recrearme más en el uso de la lengua”. Es verdad, en comparación con sus anteriores obras utiliza un lenguaje mucho más rebuscado, intentando tejer una atmosfera mágica para sus personajes y acción. Sin embargo el problema de este tipo de libros es si consigues sumergirte en ese mundo de los elfos te encantara pero si, por el contrario, no consigues dar ese salto de fe te vas a aburrir de lo lindo.

Según las propias palabras de Barbery: “Lo que intento transmitir es la idea de un mundo reconciliado”, es decir un homenaje a la naturaleza y una crítica a la sociedad, “sobre todo la occidental, que cree que la naturaleza le pertenece; cuando la verdad es que pertenecemos a ella. En Asia esa armonía se conserva mejor, aunque se ha ido perdiendo en los últimos tiempos”.

Para terminar regreso a la contraportada del libro donde podemos leer:

Una novela sobre el poder de las historias, los sueños y la imaginación para construir un mundo mejor.

Lo malo es que yo no conseguí introducirme en ese mundo fantástico. Normalmente adoro este tipo de historias estilo El señor de los anillos del que indudablemente bebe esta obra, pero en esta ocasión no consiguió llevarme a esos mundos de fantasía, ni disfrutar de su refinada prosa. Posiblemente fuera que yo no estaba del humor conveniente para su lectura o simplemente que los elfos no me desean en su mundo, pero a mí no me acabó de convencer. Reconozco su calidad literaria y su intento de crear un mundo mejor, pero yo no la recomiendo a no ser que seas un ferviente fan de estos temas.

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