Hace ya un tiempo, estaba tomando unas cervezas con mi buen amigo Emilio, cuando no sé porque si o porque no salió el tema de la guerra civil española. No es que ese sea un tema habitual en nuestra conversaciones, pero en el fragor de la discusión me recomendó Soldados de Salamina, y como yo siempre estoy abierto a sugerencias literarias le hice caso y leí el libro.

Lo primero que debo decir es que Soldados de Salamina tuvo (se publicó en 2001) una gran acogida tanto del público como de la crítica. Acaparó infinidad de premios y reconocidos escritores de talla mundial vertieron elogios sobre esta obra: «Una obra maestra» Kenzaburo Oé, «Un libro maravilloso» Susan Sontag o «Una de las novelas fundamentales de nuestro tiempo» Mario Vargas Llosa. Además David Trueba llevó esta novela al cine, con el mismo nombre. Se estrenó en España en 2003, siendo nominada en 2004 a ocho Premios Goya, de los cuales obtuvo uno, a la mejor fotografía.

El argumento es el siguiente: A finales de enero de 1939, un grupo de prisioneros franquistas es fusilado cerca la frontera francesa por soldados republicanos que huyen hacia el exilio. Entre esos prisioneros se halla Rafael Sánchez Mazas, fundador e ideólogo de la Falange, quien consigue escapar y ocultarse hasta que un soldado lo descubre, lo encañona y, mirándolo a los ojos, le perdona la vida. Sesenta años más tarde, Cercas descubre por azar este episodio y emprende una investigación para aclarar sus circunstancias y desentrañar su significado.

Soldados de Salamina está narrado en forma de autoficción en el que se aúna la realidad con la ficción. Para mí, lo importante no es saber si los hechos relatados realmente ocurrieron fielmente como son descritos, ni sí Cercas realmente encontró al soldado republicano o si este le dijo algo. Tampoco creo que lo importante sea si la ideología que transmite sea correcta o se haga un lavado de cara de una de las figuras claves del franquismo. Lo que yo valoro es como cuenta Cercas una historia y lo que esa historia me transmite.

Sobre el estilo debo de reconocer que me parece interesante, la autoficción le da un aura de reportaje periodístico 100% realidad que le va muy bien. Insisto que me da igual si hay partes de ficción porque no creo que Soldados de Salamina se utilice alguna vez como obra de consulta histórica y seguro que ocurrieron sucesos similares en los dos bandos durante la guerra. Debo admitir que hay partes que me parecieron bastante tostón, pero por regla general está bien estructurado y mantiene la tensión.

Lo interesante es como Soldados de Salamina resucita el tema de la guerra civil, los bandos, los héroes, el recuerdo y finalmente una reflexión sobre nuestra propia vida. La pervivencia de la guerra civil  en el presente del siglo XXI, es un tema sin cerrar. Es curioso como veinte años después de su publicación surgió la controversia sobre el Valle de los Caídos. Como unos exigían que todo siguiera igual y otros que se revisara lo que ocurrió y se tomaran las medidas oportunas. Obviamente recuperar la memoria de lo que ocurrió en esos aciagos años es muy importante, no para descubrir héroes perdidos ni para defenestrar a otros, si no para saber de dónde venimos, dónde estamos y a dónde queremos ir.

Soldados de Salamina está bien desde un punto de vista literario. Yo no he visto nada en esta obra que me hiciera pensar que merece, desde un punto de vista puramente literario, una calificación mejor. Sin embargo, creo que debería ser un libro de obligada lectura para los estudiantes por relatar una época de la que todos deberíamos saber más y por las preguntas sin resolver que deja abiertas.

 

Otros libros de Javier Cercas en Libros al desnudo: Terra Alta

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