Clásico de nuestra literatura y absolutamente imprescindible. Mezcla de fantasía, ironía, crítica y humor esta novela nos relata la historia de Castroforte del Baralla y de la saga de los J.B. a través de los ojos de José Bastida (uno de los J.B.).
A mí me recuerda a novelas del realismo mágico pero lo con la connotación de ser un “realismo mágico gallego”, ese ambiente de pueblo fantástico con residentes fantásticos esclavos de una historia que se repite a lo largo de generaciones y que el autor nos relata a través del hilarante viaje de José Bastida.
Novela de múltiples protagonistas de varias caras: dos ríos (el de los suicidas que alimentan a las lampreas y el del destino de los J.B.), un pueblo al mismo tiempo real e imaginario que a raíz de una proclamación de independencia, fue borrado de los mapas por los godos (nombre que dan los Castrofortinos a los que no son del pueblo) y unos protagonistas que repiten la misma saga, el mismo destino a lo largo de las generaciones pero cada uno de ellos con su propia identidad y arrastrando a los demás personajes a repetir su papel y a descubrir sus distintas identidades.
La trama comienza con la desaparición del Cuerpo Santo de Santa Lilaila de Barallobre, la patrona de la ciudad. Con la desaparición de la reliquia desaparecen también las lampreas del río lo que conlleva la pérdida de la mayor parte de los ingresos del pueblo (los peregrinos y las lampreas) y la desesperación de los fieles al perder a su protectora.
Sin querer influiros y/o descubriros más, sólo deciros que a veces es un poco complicada de leer (sin puntos y aparte, con poemas en lenguaje inventado que ya os aviso que es imposible de descifrar, “robos” de identidad,…) pero que merece la pena echar a volar la imaginación y disfrutar del “viaje”.