Reseñar un libro de cuentos cortos es siempre difícil. Puede que algunos te gusten mucho y otros no, o quizás alguno sobresalga tanto que valga la pena comprar el libro correspondiente.
Lo primero que debo de decir es que me parece que Elvira Navarro es una buena escritora. Se deja leer muy bien, su prosa es fluida y precisa, pero desde luego no comparto las palabras del crítico de El Mundo, Manuel Llorente: “Giros desconcertantes, piruetas inesperadas, una figura espectral. Inquietud, tonos kafkianos, y deslumbrantes”.
El libro está bien. Sin más. Son cuentos en los que pasa poca cosa, en los que pretende dar un giro sorprendente pero que no acaban de parecerme nada del otro mundo. Quizás, como dice Aloma Rodríguez: “Por fortuna, el objetivo de Navarro no parece ser el de complacer al lector; exige a cambio su complicidad, su capacidad para completar los huecos, y confía en su inteligencia”.
Es verdad que se tratan de relatos más de atmosfera que de acción. Elvira Navarro consigue crear esa puesta en escena interesante, pero bajo mi punto de vista le falta algo para poder encandilarme y recomendarla abiertamente.
Tampoco encuentro algún relato que sobresalga sobre los demás. Quizás el que le da nombre al libro sea el más logrado pero todos tienen un nivel más o menos similar.
La verdad es que me parece excesivo que recibiera premios y honores como XXVI Premio Andalucía de la Crítica de Relato, finalista del V Premio de narrativa breve Ribera del Duero o elegido por Babelia del diario El País como uno de los mejores libros publicados en 2019.
Recomendado para los amantes de los relatos cortos y los que quieren estar al tanto de la literatura española contemporánea.