Estoy sorprendido. Parece que la literatura francesa anterior al 1950 tiene ese efecto sobre mí. No hace mucho os hablé de lo que me maravilló el Viaje al fin de la noche. En esta ocasión no voy a calificarlo como obra maestra, ya que si utilizas mucho esas palabras dejan de tener sentido. Simplemente diré que me ha dejado gratamente sorprendido.
Por qué os preguntaréis, pues por varias razones (obviamente). La primera es el argumento: un negro (con aspecto de blanco) norteamericano decide vengarse del linchamiento de su hermano (negro de aspecto, y claro está de raza) que había cometido el terrible delito de enamorarse de una blanca. Para llevar a cabo sus planes decide matar a dos chicas blancas de buena familia. Coincidiréis conmigo que no es el argumento que esperamos en una novela publicada en 1946 por un francés.
Otra razón es lo sórdida que es en todas sus acepciones. Encontraremos más sexo del que podamos digerir, más alcohol que en una reunión de hooligans y ya no digamos racismo, odio, venganza… Pues vuelvo a repetir mis palabras del párrafo anterior, a mi me sorprende encontrar todo esto en una novela francesa de 1946, he de reconocer que menos después de leer a Celine.
Además está muy bien escrito, lo leí en dos horitas y disfruté bastante haciéndolo. No voy a decir que es un innovador en cuanto a técnica o que sus personajes son inmejorables, pero sí que puedo afirmar que se lee con gusto (siempre que no te escandalice el racismo, el sexo, el alcohol, la sangre…). Básicamente te quedas con ganas de leer otras de sus novelas.
También me sorprende que utilizara un seudónimo: Vernon Sullivan, me imagino que ya se olía todo el revuelo que causó (lo multaron con 100.000 francos por «ultraje a las buenas costumbres» cuando admitió ser el autor). Quizás al pasar por americano quería recalcar más el tema del racismo tan presente en este libro, aunque para mí el eje central del libro es la venganza, como bien nos lo explica en el prólogo: “En cuanto al fondo propiamente dicho de la obra, es una manifestación de un afán de venganza de raza”.
Insisto, si nos os sentís ofendidos al leer sobre sexo y demás. Como bien dice en el prólogo, recuerda mucho en este sentido a los primeros libros de Henry Miller, así que si os gustó ese autor, más os gustará esta novela, y si no es así dejar aquí el comentario pertinente.