Tengo que reconocer que le tengo manía a don Camilo. No sé muy bien el porqué: a lo mejor es simplemente que es difícil triunfar en tu propia casa, o que me acuerdo de aquellas lecturas de COU cuando me “obligaron” a leer La Colmena (la cual me pareció un tostón), quizás fue que yo fui un poco revolucionario y él era mas bien conservador, puede que su humor escatológico y sus aires pedantes no me convencieran, lo único que sé es que le tengo manía.
Así que cuando me encontré sin nada que leer y La Familia de Pascual Duarte fue lo primero que cayó en mis manos me entraron las dudas sobre que hacer. Como soy una persona bondadosa y poco rencorosa, me decidí a darle una segunda oportunidad al señor Cela, además sus pocas páginas ayudaron a convencerme que por lo menos el mal trago no sería largo.
Pero bueno, hablaré del libro. Muy a mi pesar me gustó. Una historia sencilla sobre el odio, la violencia y las relaciones familiares. Un pobre campesino al que la suerte nunca le sonrió y su vida, marcada por las tragedias, le llevó hasta el garrote vil. Una España pobre, miserable, llena de rencores e ignorancia. Todo magistralmente relatado por don Camilo demostrando un dominio del lenguaje como bien atestiguan las razones por las que le concedieron el Nobel: «for a rich and intensive prose, which with restrained compassion forms a challenging vision of man’s vulnerability”.
Si, todo maravilloso, pero en el fondo esperaba algo más. Algo de originalidad ya que el tema está muy manido y la forma de presentarlo también, algo en el personaje distinto, especial, no tan arquetípico, o simplemente algún recurso estilístico impactante, ya que un relato en primera persona perdido y encontrado después pues me parece un poco burdo…
En fin, insisto en que me gustó. Sin embargo no creo que lo recomendaría a no ser que alguien estuviera interesado en leer una novelita (el diminutivo viene dado por su tamaño) sobre la vida en el campo en la España de principios del S XX.