El argumento es simple y basado en hechos históricos: 1506, Miguel Ángel decide aceptar una invitación del sultán Beyazid, que le propone, después de rechazar el diseño de Leonardo da Vinci, concebir un puente sobre el Cuerno de Oro.
Poco más necesita Mathias Enard para hacer una gran novela. No es que el argumento dé para mucho, ya que no asistiremos a una procesión interminable de aventuras y desventuras. Este libro está en las antípodas de otros como El código da Vinci (aunque también se hable de Leonardo). Simplemente ubica la acción en ese momento histórico para hablarnos del amor, la amistad, el proceso creativo o cómo surgen las influencias en un artista.
Lo realmente interesante de Habladles de batallas, de reyes y elefantes no es que su personaje central sea uno de los artistas más importantes de la historia, ni las aventuras que vive en Estambul. Muy al contrario, lo que más me gustó es como está narrada. Aunque obviamente sea prosa, el ritmo y las palabras que usa le confieren un toque poético que unido a lo exótico del argumento dan a esta obra un tono muy interesante. Habrá lectores que les parezca lenta, sosa o aburrida. A mí me ha gustado.
Otro aspecto a resaltar es su originalidad. Son varios narradores (aunque el principal sea Miguel Ángel), incorpora cartas originales del artista, su ritmo varía de un capítulo a otro, todo para mostrar al protagonista como un hombre al que las vivencias en Oriente le marcan profundamente ya que encuentra el amor y un exotismo que eran desconocidos para él.
Solo me queda recomendároslo. Es un libro corto, fácil de leer (yo lo hice en francés y os puedo asegurar que no mi nivel no es muy alto) que si buscáis algo que se salga de lo típico, con calidad literaria y que os muestre un pedacito de historia poco conocido Habladles de batallas, de reyes y elefantes no os defraudará.