J.R.R. Tolkien fue mi primer autor favorito, pero para estos menesteres no creo que cuente. Aún recuerdo cuando mi profesora de literatura de 8º de EGB me recomendó que leyera El Hobbit ¡qué descubrimiento! ¡qué maravilla aquel mundo de fantasía, aventuras y luchas entre los buenos y los malos! A continuación leí El Señor de los Anillos sumergiéndome más y más en el universo de la Tierra Media y muchos años después esta novela corta: Egidio, el granjero de Ham.
Pues bien podría ser el podría ser el libro de iniciación a la obra de Tolkien. Por un lado es una novela corta (apenas 100 páginas) en la que ya aparecen muchos de los elementos que caracterizarán sus siguientes obras: un universo fantástico plagado de dragones, gigantes, etc. un héroe peculiar que se ve inmerso en una aventura por pura casualidad; y unos malos muy malos.
Si te ha gustado El Señor de los Anillos, esta obra no te va a defraudar. No encontraremos ni a hobbits y ni a elfos. Tampoco visitaremos la Tierra media. Sin embargo su autor vuelve a conseguir que empaticemos con un protagonista que tiene poco de héroe pero al que las circunstancias encumbrarán a lo más alto y de paso podremos atisbar otro pedacito del fantástico universo de Tolkien.
Resumiendo un libro que te hará reír, del que disfrutarás cada página especialmente si eres un fan del autor. Yo se lo recomendaría a todo el mundo ya que estas historias sencillas, en la que tu imaginación echa a volar y los buenos ganan, siempre te dejan con una sonrisa en la boca, lo cual es muy necesario en estos tiempos de crisis.