Ya hace muchos años que leí por primera vez a Truman Capote. En aquella ocasión fue A sangre fría la obra que disfruté. La verdad es que decir disfrutar me parece poco, A sangre fría me pareció uno de los mejores libros que había leído y Mr. Capote entró directamente en el Olimpo de mis escritores favoritos. Unas décadas más tarde me vuelvo a encontrar con Truman Capote con la esperanza de que Desayuno en Tiffany’s me de tantas alegrías como A sangre fría.
Lo primero que debo decir es que de Desayuno en Tiffany’s casi me sonaba más por la película de Blake Edwards de 1961, protagonizada por Audrey Hepburn que el propio libro. Por otra parte tampoco sabía que el libro Desayuno en Tiffany’s, es un compendió de cuatro relatos, siendo el primero es el que le da nombre a todo el libro.
Reseñar un libro de relatos cortos es siempre difícil, ya que siempre hay alguno que te gusta más que los otros y no sabes cómo valorarlo si por el conjunto o individualmente. En este caso debo decir que el primer relato, el que le da título al libro, me ha encantado. Me recordó mucho a ese gran Capote que tiene una capacidad asombrosa para perfilar personajes míticos, en este caso la deliciosa Holly Golightly, una mezcla de mujer fatal y alma cándida y pura. Desde luego que solo por esa novela corta (son poco menos de 100 páginas) vale la pena comprar el libro.
Los otros tres relatos a mi no me acabaron de convencer. Me parecieron más previsibles, más comunes, más tópicos. No es que sean malos, pero bajo mi punto de vista no están a la altura de Desayuno en Tiffany’s.
Al final, como tengo que dar una calificación lo voy a dejar en “Está bien” ya que Desayuno en Tiffany’s me parece que está “Muy bien” (me gustó más A sangre fría, obra que considero “imprescindible”) y los otros tres relatos simplemente son pasables.